Entrevista realizada por Jordá Samuell, alumno del Máster de Periodismo y Comunicación Científica de la UNED.
¿De dónde viene su afición por el estudio de la Prehistoria y la Arqueología?
Sergio Ripoll. Desde pequeño seguí los pasos de mi padre el profesor Eduardo Ripoll, catedrático de Prehistoria que me enseñó los rudimentos de la profesión y me enseñó muchas de las cosas que hoy día sé. Hasta hace unos años se decía “que yo era el hijo de Ripoll” y ahora se dice “ah, Ripoll era tu padre”. Es una pena que cuando desparece una figura importante, caiga en el olvido rápidamente. Yo intento mantener viva su imagen.
¿Qué tipo de investigaciones ha llevado a cabo durante los últimos años?
Ante la grave crisis que ha sufrido nuestro país en los últimos años, no ha habido muchas subvenciones públicas para poder llevar a cabo trabajos de campo. Sin embargo nuestro Grupo de Investigación L.E.P. (Laboratorio de Estudios Paleolíticos) no ha parado de trabajar en distintos proyectos como el SIGAREP I y II que recogía el estudio y documentación de todo el arte rupestre a ambos lados del Sistema Central peninsular.
Se podrían mencionar los estudios realizados en la cueva de El Castillo en Cantabria, retomando un antiguo proyecto que me legó mi padre poco antes de fallecer y que además de sus 250 figuras inéditas, nos han permitido descubrir otras 700 figuras nuevas. También las investigaciones en el yacimiento de La Cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco, Almería), donde en 1992 encontré el arte rupestre solutrense cubierto por los niveles arqueológicos y que hoy en día sigue aportando nuevas figuras, así como otros trabajos de investigación en Extremadura, Aragón, Andalucía, Galicia, etc.
¿Qué importancia tienen las nuevas tecnologías en sus investigaciones?
En todos estos estudios de arte rupestre estamos aplicando desde hace 7 años una tecnología puntera basada en las Nuevas (ya viejas en algunos casos) Tecnologías. Escáner 3D, Gigaimágenes de altísima resolución, aplicación de algoritmos específicos desarrollados por la empresa Gim-Geomatics, realidad virtual, “realidades virtuales aumentadas”, etc. Algunos otros equipos de investigación emplean los filtros multiespectrales que abarcan el infrarrojo y el ultravioleta, es decir entre 0 y 300 nanohercios. Nosotros utilizamos una tecnología hiperespectral que no sólo abarca la anterior sino que llega hasta los 14.000 nanohercios, es decir “podemos ver lo invisible al ojo humano”.
¿Nos puede explicar los detalles del descubrimiento referente al arte rupestre “invisible”?
Precisamente en el marco del Proyecto SIGAREP junto con Vicente Bayarri y José Latova,
documentamos una estación en la provincia de Ávila en la que únicamente se veía sobre una laja de esquisto en extraplomo una figura de un antropomorfo esquemático (Calocolítico) pintado en ocre rojo. Aplicamos todas las técnicas antes reseñadas y al aplicar los algoritmos informáticos descubrimos que por debajo de aquella figura había una escena impresionante con 22 mujeres con largas faldas, los brazos en asa y unos elaborados peinados que bailaban alrededor de un hombre que se diferencia del resto porque lleva pantalones, es más fornido y no tiene un peinado especial.
¿En qué consiste exactamente la herramienta de teledetección que han empezado a utilizar?
La teledetección es la utilización conjunta de todas esas herramientas informáticas y tecnológicas que normalmente se emplean en otras disciplinas, pero que nunca se habían usado en los estudios de arte rupestre. Las cámaras digitales (todas, desde la más cara a la más barata) llevan en el CCD (placa de registro de imágenes) un filtro ultravioleta para dar una mayor nitidez, pero a la vez impide registrar esa parte del espectro lumínico. Nosotros en un par de cámaras hemos conseguido eliminar ese filtro en Estados Unidos y por lo tanto obtenemos unas imágenes mucho más “reales”. Esto combinado con los láreses hiperespectrales nos ha permitido evolucionar hasta un concepto tecnológico del 7D cuando el resto está manejando el 4D
¿Qué consecuencias tendrá el descubrimiento por lo que afecta a los trabajos arqueológicos ya realizados en otras cuevas?
Es evidente que el empleo de las TIC y las TIG han revolucionado el proceso de estudio de cualquier estación con arte rupestre. Desde hace años, y parafraseando a mi padre, decimos que “puede haber cualquier cosa, en cualquier sitio”. Hay que volver a estudiar y documentar todos los yacimientos, incluso aquellos en los que aparentemente “no hay nada”, ya que es muy probable que nos llevemos muchas sorpresas.
Grupo de Investigación UNED
Laboratorio de Estudios Paleolíticos