Concavenator corcovatus, un dinosaurio carnívoro conquense de hace 125 millones de años, ha logrado fama internacional, llegando a aparecer incluso en la película “Jurassic World. El reino caído”. Sus características más conocidas son la presencia de una estructura similar a una joroba en la espalda y unas protuberancias en el brazo que indican la presencia de plumas ancestrales. “Pepito”, como se conoce cariñosamente a este dinosaurio carnívoro de 6 m, está representado por un esqueleto prácticamente completo y articulado, un fósil singular que incluso preserva las escamas del pie o de la cola.
Recientemente, ha salido publicado el estudio de su cráneo. El esqueleto de la cabeza está prácticamente completo, solo faltan algunos fragmentos del hocico y de la parte posterior. Estos daños fueron producidos principalmente por la intervención de maquinaria forestal y la formación natural de diaclasas o grietas en las calizas del yacimiento Las Hoyas, en donde fue descubierto el ejemplar. A pesar de estar prácticamente completo, el estudio del cráneo tiene una gran dificultad por la compresión producida por los sedimentos. Podríamos decir que está preservado casi en 2 dimensiones.
Los autores de este trabajo, de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Nacional de Educación a Distancia, han solventado estos problemas de preservación, llevando a cabo novedosas y actuales técnicas de reconstrucción informática en 3 dimensiones. Estas técnicas permiten reconstruir las partes que se han perdido y eliminar la deformación producida por la compresión. En el caso del cráneo de Concavenator, los autores han utilizado una técnica conocida como fotogrametría, que permite la obtención de modelos 3D del fósil. Sobre estos modelos se puede discriminar el hueso fósil (es decir, eliminar virtualmente los restos de roca que lo contiene), se puede recuperar el volumen perdido durante la fosilización y se pueden recrear las partes que faltan o que no están completas. Este modelado se realiza comparando la anatomía de Concavenator con otros dinosaurios cercanamente emparentados. Así se ha obtenido el cráneo digitalizado en 3D de Concavenator que permite su manipulación e, incluso, puede llegar a imprimirse, lo que constituye una gran ventaja de investigación y museística.
La combinación de esta técnica con el estudio clásico de anatomía comparada de los restos fósiles de otros dinosaurios emparentados, ha permitido realizar un análisis osteológico completo, del que se han obtenido resultados relevantes para conocer la historia evolutiva de los carcarodontosáuridos. Estos dinosaurios son un grupo de grandes terópodos que habitaron durante el Cretácico en gran parte de las regiones del mundo. Su papel ecológico puede compararse al de los famosos tiranosáuridos, ambos son superpredadores. Este nuevo estudio del cráneo de Concavenator aporta información relevante en nuestro conocimiento de la estructura craneal de los grandes dinosaurios carnívoros. En el linaje de los carcarodontosáuridos, el caso de Concavenator demuestra que estos depredadores desarrollaron un cráneo especializado en el consumo de presas desde hace, al menos, 125 millones de años.