La egiptóloga Inmaculada Vivas, profesora de Historia del Arte en la Facultad de Geografía e Historia de la UNED, es la comisaria de la exposición Tutankamón, la Magia del Faraón, que se puede visitar hasta el próximo 29 de septiembre en el Parque Europa de Torrejón de Ardoz, en Madrid. La muestra, gratuita y dirigida a un público familiar, permite viajar en el tiempo más de 3.000 años, pues recrea la época del faraón niño, Tutankamón, así como algunos de los más de 5.000 objetos que se descubrieron en su tumba, famosa por ser hasta la fecha la única descubierta casi intacta en el Antiguo Egipto. La profesora Vivas señala que “es una oportunidad de conocer un poco más la civilización del antiguo Egipto, desde un enfoque didáctico pero riguroso”. Tras su paso por Torrejón, la exposición se trasladará a Pedrezuela, también en la Comunidad de Madrid, donde podrá visitarse del 4 de octubre al 4 de noviembre.
La experta señala que uno de los grandes atractivos de la muestra es “la réplica exacta de una zona de la decoración de la tumba de Tutankhamon en el Valle de los Reyes, porque nos permite imaginar cómo es el lugar de enterramiento original y contemplar también réplicas extraordinarias, como la de la máscara del rey”. “El conjunto de objetos hallados en su tumba”, añade Vivas, “son un extraordinario tesoro incomparable, sobre todo a nivel artístico, en el que encontramos piezas únicas como el trono del joven rey o sus imponentes sarcófagos”.
Junto a las réplicas de la tumba y los objetos más destacados, la exposición trata de recrear “el trabajo de los arqueólogos que dedicaron años de sus vidas a documentar y fotografiar el ajuar funerario que acompañó a Tutankamón al ‘Más Allá’, así como la figura de Howard Carter, responsable del descubrimiento en 1922 de la tumba del joven faraón”. Un hallazgo que supuso “un hito en la Egiptología y un verdadero fenómeno de masas, porque la Europa de inicios del siglo XX estaba ávida de noticias sobre las excavaciones arqueológicas”, explica la profesora.
El carácter divulgativo y didáctico de la muestra, alejado de las pretensiones de las grandes exposiciones, se apoya en el riguroso trabajo científico e investigador de Inmaculada Vivas, centrado desde hace unos años en el arte de la tumba de Tutankhamon: “Se trata de un periodo muy interesante desde el punto de vista artístico, porque el reinado del joven Tutankhamon es el final de una etapa de verdadera revolución en el arte que se conoce como el arte de Amarna, con nuevas formas de expresión. Por ejemplo, en la propia exposición podemos encontrar el trono del faraón, una pieza muy conocida con una imagen del rey y su esposa en actitudes cariñosas y cercanas bajo los rayos protectores del dios solar Atón. Este tipo de representaciones con muestras de emoción y afecto no se habían dado en el arte egipcio, y suponen un verdadero descubrimiento. También me ha interesado la investigación de la representación de los extranjeros como símbolo de la derrota de los enemigos de Egipto por parte del rey, también muy compleja. Por ejemplo, vemos posturas de los nubios o asiáticos muy atípicas, con un gran movimiento o en poses de frontalidad, que son poco comunes en el arte egipcio”.
Precisamente uno de los aspectos recogidos en la exposición, la “Egiptomanía” desarrollada en Europa tras el descubrimiento de la tumba y otros acontecimientos, será el próximo ámbito de estudio de Inmaculada Vivas, que explica que desarrollado recientemente una nueva línea de investigación centrada en la recepción de la cultura faraónica en Occidente: “Me gustaría explorar cómo es la imagen de Egipto que llega a Europa desde la Edad Moderna hasta nuestros días, rastrear los orígenes de ese fenómeno que llamamos “Egiptomanía” y que se remonta a la época grecorromana. En cierto modo, se trata de intentar comprender cómo se sigue manteniendo la idea de Egipto como un lugar envuelto en un halo de exotismo y de lugar desconocido, pese a la ingente cantidad de descubrimientos científicos gracias a la arqueología. Espero seguir investigando en esta temática de la memoria cultural y de la recepción del arte egipcio y que los frutos sean buenos. De momento, seguimos trabajando en ello…”
Unidad de Cultura Científica-UNED