Granada, posible sede la infraestructura científica más grande de España

En un mundo cada vez más necesitado de nuevas y eficientes fuentes de energía, mirar al firmamento en busca de una alternativa segura, respetuosa con el medio ambiente y que sea prácticamente inagotable, no es nada descabellado. La fusión es la fuente de energía principal del universo, del sol y las estrellas. En el núcleo de estos cuerpos estelares, átomos de hidrógeno se fusionan en átomos de helio, más pesado, liberando gran cantidad de energía en el proceso. Sin embargo, reproducir este proceso natural de forma controlada en la Tierra supone uno de los mayores desafíos científicos y tecnológicos del momento.

La ciencia de fusión del siglo XX identificó como la reacción de fusión más eficiente en laboratorio la producida entre dos isótopos del hidrógeno, el deuterio(D) y el tritio(T) 1. Su fusión (fusión DT) produce la mayor tasa de energía a las más bajas temperaturas, pero para que esta reacción se produzca en el laboratorio deben darse las siguientes condiciones: muy altas temperaturas (del orden de 150.000.000 de grados Celsius); suficiente densidad de plasma de partículas para que aumente la probabilidad de que ocurran colisiones y un tiempo suficiente de confinamiento del plasma, ya que este tiende a expandirse.

El plasma, conocido también como el cuarto estado de la materia, es el estado al que pasa el gas cuando a temperaturas extremas los electrones se separan de los núcleos. Se trata de un estado ionizado del material compuesto por partículas cargadas, núcleo positivos y electrones negativos, que proporciona un ambiente muy ligero, alrededor de un millón de veces menos denso que el aire que respiramos, adecuado para que los núcleos ligeros se puedan fusionar liberando energía. La reacción de fusión se produce en unos dispositivos experimentales llamados tokamak que están diseñados para aprovechar la energía generada en la fusión y que usan campos magnéticos para contener y controlar este plasma.

Hace más de 30 años que un grupo de naciones industrializadas acordaron la realización de un proyecto para desarrollar esta nueva, limpia y más sostenible fuente de energía. Precisamente durante la Cumbre de Ginebra de 19852, el Secretario General de la antigua Unión Soviética, Mikhail Gorbachev, proponía al presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, la idea de un proyecto internacional de colaboración para desarrollar la energía de fusión con fines pacíficos. Sin embargo, hubo que esperar hasta el 21 de Noviembre de 2006 para ver nacer oficialmente en París el proyecto ITER, cuyo significado en latín es «camino».

En la actualidad, la respuesta a este gran reto se articula a través de un ambicioso programa que la Unión Europea está desplegando en colaboración internacional con China, Corea del Sur, Estados Unidos, India, Japón y Rusia como socios fundamentales. El itinerario europeo para conseguir el objetivo de construir una Planta de Demostración de Producción Eléctrica de Fusión (DEMO) contempla dos elementos fundamentales: la construcción y explotación científica tecnológica en el sur de Francia del Tokamak ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor) y la construcción de una fuente de neutrones, IFMIF-DONES (International Fusion Materials Irradiation Facility-Demo Oriented NEutron Source) para el desarrollo, cualificación y licenciamiento de materiales capaces de soportar las condiciones extremas a las que estarán expuestos los componentes de la pared del futuro reactor de fusión DEMO.

España es uno de los mayores contribuyentes tecnológicos en IFMIF, es también uno de los países más activos en el proyecto ITER, representando el tercer país de Europa que más contratos tecnológicos ha conseguido hasta el momento en términos de presupuesto total adjudicado. La participación española en el proyecto IFMIF-DONES la lidera el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), organismo reconocido a nivel mundial en el área de energía de fusión.

Fuente: https://ifmifdonesspain.wordpress.com/

En diciembre de 20163 se presentó la candidatura española para albergar en Granada el acelerador de partículas con el compromiso económico de financiar el 50% de la construcción del acelerador (200 millones de los 400 millones de euros estimados) y el 10% de los gastos de operación (5 millones al año durante 20 años). En la actualidad, la candidatura de Granada como emplazamiento Europeo para IFMIF-DONES, es una iniciativa conjunta de España y Croacia4, quien tras firmar en 2018 un acuerdo de colaboración abandonaba su propia candidatura en favor de la española. La propuesta conjunta es una solida base para alojar DONES en Europa y representa la apuesta europea frente a la opción de Japón para hacerse con este proyecto estratégico internacional. Si se opta por Europa en vez de Japón, el acelerador de partículas se construiría en el Polígono Industrial Metropolitano de Escúzar y supondría un macro-proyecto científico asociado a Granada que generará una primera inversión de unos 800 millones de euros.

En el largo camino para la instalación del IFMIF-DONES en España ya se ha superado un exigente proceso de evaluación llevado a cabo por Fusion for Energy (F4E)5, la agencia europea que gestiona la participación europea en ITER. Los expertos han evaluado las condiciones de Granada para acoger científicos y tecnólogos, así como la situación de los terrenos donde se construiría la instalación y la red de transportes con los que cuentan Escúzar y el Parque Metropolitano y Tecnológico de Granada. En el proceso de selección de candidatura, además del compromiso económico, se tendrán en cuenta las capacidades técnicas de los candidatos. Andalucía no solo cumple los requisitos para albergar el acelerador, sino que dispone de un ecosistema científico y tecnológico que actuará como dinamizador de la actividad que se desarrolle dentro y en torno al mismo.

«Granada está en una posición de despegue, pero sin duda hace falta apostar por ello y mantener durante un tiempo razonable las inversiones necesarias para que los industriales sean capaces de captar el conocimiento científico» declaraba en 2019 Javier Ponce; Director del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) en una entrevista concedida a la cadena SER6. Entre los muchos pasos dados en esa dirección, en enero de ese mismo año se firmaba un convenio entre el CIEMAT y la Universidad de Granada (UGR) para impulsar la labor científica en España y a nivel internacional en materia de Fusión Nuclear y otras disciplinas relacionadas. El convenio abordará el desarrollo común de trabajos de investigación, difusión y divulgación del conocimiento. Como primera consecuencia se creó una unidad de investigación y desarrollo de carácter mixto, la Unidad Mixta CIEMAT-UGR, que se encargará de la consecución de los primeros objetivos en la implementación del Proyecto IFMIF-DONES en Granada.

Pero durante los primeros meses de 2020 el proyecto ha avanzado con paso firme, incrementando cada día más las posibilidades de Granada como sede del proyecto internacional IFMIF-DONES, proyecto que cuenta con el apoyo y el compromiso de los gobiernos e instituciones a nivel local, regional y estatal, y también el del tejido industrial. En línea con este avance, el Consejo de Ministros aprobaba en mayo la constitución de un consorcio entre el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Junta de Andalucía que permita desarrollar las actividades del proceso de la candidatura española y que supondrá poder optar a más líneas de ayuda directa de la Unión Europa. La fase de preparación para el emplazamiento en el periodo de 2019/2023, conlleva una inversión total de alrededor de 28 millones de euros, de los cuales la mayor parte serán sufragados por fondos FEDER, y el resto serán cofinanciados por la Junta de Andalucía, que aumenta su participación hasta gestionar el 50% con el Ministerio de Ciencia7.

Para impulsar todavía más la candidatura española, el pasado martes, 9 de junio, el Consejo de Ministros autorizaba la subscripción de un convenio entre el Ministerio de Ciencia e Innovación y el CIEMAT, a través del cual el Ministerio aportaría 13 millones de euros de fondos FEDER y el CIEMAT 3,3 millones para financiar distintas actividades de preparación del terreno y la implantación de laboratorios relacionados con esta infraestructura internacional8.

Según Ponce «el acelerador tiene una importancia doble, no solo científica sino también industrial. Es una oportunidad que no solo permitirá la instalación de un gran centro científico, sino que va a generar conocimiento técnico que luego puede ser aplicado y replicado».Granada cada día está más cerca de albergar la que sin duda será «la infraestructura científica más grande de España», lo que unido a su incuestionable patrimonio artístico y cultural harán de esta ciudad, patrimonio de la UNESCO, una de las más importante de Europa.