EU Contest for Young Scientists

Autor  Jesús Jordá Pardo

Dr. en Ciencias Geológicas, Profesor de la UNED y Director científico del Certamen Jóvenes
Investigadores (MECD-INJUVE)

El equipo de jóvenes investigadores españoles, antes la puerta del Museo Naval de Tallin | Jesús Jordá

De Jaraíz de la Vera a Pittsburg

Como en años anteriores, he tenido el enorme privilegio de acompañar a los jóvenes investigadores que representan a nuestro país en el European Union Contest for Young Scientists que desde hace 29 años organizan la Unión Europea y el país anfitrión. En esta ocasión el certamen europeo de jóvenes investigadores (29th EUCYS) se celebró en Tallin (Estonia) del 22 al 27 de septiembre y a él asistieron cinco jóvenes científicos españoles que fueron seleccionados en septiembre de 2016 en el congreso con que culminó la vigésimo novena convocatoria del Certamen Jóvenes Investigadores que todos los años organizan el MECD y el INJUVE. Durante esos seis días en Tallin, nuestros jóvenes científicos defendieron sus tres proyectos ante un jurado internacional de sesudos investigadores y antes sus pares, los restantes participantes de otros países de la Unión Europea, del Espacio Económico Europeo y de otros países invitados del resto del mundo, en un marco de camaradería, amistad y convivencia, a la vez que experimentaron una experiencia única en la agradable ciudad báltica, donde fueron magníficamente acogidos por los organizadores estonios y por la que pasearon admirando sus murallas medievales, su antiguo burgo de comerciantes hanseáticos y sus variados museos –donde además tuvieron ocasión de cenar tres noches-, y disfrutando la amabilidad de sus gentes.

Los proyectos presentados cubrían tres áreas de conocimiento: las Ciencias Sociales, la Química y la Biología. En la primera, Paula Teresa Tovar Rodríguez (17 años) presentó un «Estudio sobre la música barroca y sus efectos en la concentración. ¿Puede el Invierno de Vivaldi mejorar la atención de los estudiantes adolescentes?«, realizado cuando hacía 3º de ESO en el Colegio Público Juan Ramón Jiménez de Becerril de la Sierra (Madrid) bajo la coordinación de Carmen Pérez Buendía. En el campo de la Química, el proyecto «En búsqueda del cocktail ideal para la descontaminación de agua: estudio de la eficiencia fotocatalítica de materiales metalo-orgánicos de Fe-Ni sobre la degradación de compuestos orgánicos«, fue defendido por Laura García Villagrasa e Isabel Hartgring (ambas 18 años) que lo realizaron cuando cursaban 1º de Bachillerato en el Centro Educativo Gençana de Godella (Valencia) con la tutorización José Tel Casino. Finalmente, el proyecto de Biología trataba “De la estructura y la mecánica in vivo de las células ostiolares y la válvula aórtica del corazón de la larva de Drosophila melanogaster mediante el análisis de imágenes microscópicas de alta resolución” y fue expuesto por Claudia Rodríguez Rodríguez (17) y Juan Sánchez Mateos (16), quienes lo realizaron cuando estudiaban 4º y 3º de ESO respectivamente, en el Instituto de Enseñanza Secundaria Maestro Gonzalo Korreas de Jaraíz de la Vera (Cáceres) bajo la supervisión de Jesús Manjón Sánchez. Los cinco jóvenes investigadores eran conscientes de la calidad de los restantes proyectos presentados al certamen y sabían que logar un premio era difícil, máxime cuando para ellos el mejor premio era estar ahí. En esta ocasión, en el EUCYS 2017 competían 89 proyectos realizados por 146 estudiantes de 38 países y estaban en juego 50 premios de diversas categorías, por lo que la cosa, estaba difícil.

Claudia Rodríguez y Juan Sánchez en su stand en el EUCYS Tallin 2017 | EUCYS

Pero, el martes a mediodía, durante la ceremonia de clausura y entrega de premios, uno de los tres trabajos fue galardonado con el premio INTEL ISEF consistente en una invitación a la Feria Internacional INTEL de la Ciencia y la Ingeniería que tendrá lugar en mayo de 2018 en Pittsburgh (Pennsylvania, USA), premio compartido con otros dos proyectos realizados por estudiantes de Hungría y Portugal. En esta feria de jóvenes científicos preuniversitarios de todo el mundo participan unos 1.800 jóvenes de más de 70 países y están en juego premios por importe de cuatro millones de dólares.

El proyecto premiado fue el de los jóvenes de Jaraíz de la Vera, Claudia y Juan, que capitaneados por Jesús, su profesor del instituto público de su pueblo, dedicaron miles de horas, fuera del horario escolar lectivo, a observar mediante un microscopio y una cámara digital a decenas de larvas de la mosca de la fruta, para estudiar los mecanismos de los latidos de su corazón y su aorta, obtener grabaciones de alta resolución hasta ahora nunca conseguidas por científicos profesionales y explicar de manera rigurosa su funcionamiento, demostrando que las anteriores explicaciones, publicadas en revistas de impacto, no estaban en lo cierto. Además, los resultados obtenidos tienen el valor añadido de poder ser utilizados para conocer mejor el estudio del funcionamiento del corazón humano.

El proyecto, cuyo título corto es “Un corazón de siete válvulas”, no se trata de un proyecto cualquiera, pues a día de hoy ha sido publicado con el apoyo de su Instituto y del Ayuntamiento de Jaraíz de la Vera y ya ha obtenido al menos siete premios: cuatro en el Certamen de Jóvenes Investigadores 2016 (Premio Especial del Certamen, Estancia en un centro de investigación del CSIC, representación española en el EUCYS 2017 y mención de honor al profesor más destacado en el fomento de la investigación entre los jóvenes) y tres en la XVIII Exporecerca Jove 2017 (Primer Premio categoría 3º y 4º ESO para asistir a la Expo-Ciencias Internacional 2017 organizada por el Movimiento por la Ciencia y el Aprendizaje de Brasil – MILSET, Premio de la Sociedad Catalana de Biología y Premio CSIC). Todo esto ha permitido a sus autores viajar de Jaraíz de la Vera a Mollina (Málaga), Barcelona, Madrid, Fortaleza (Brasil) y Tallin. En palabras de Claudia y Juan: “montamos por primera vez en avión para ir a Málaga y desde entonces no nos hemos bajado”. Y todavía les queda viajar a Pittsburgh.

Claudia Rodríguez y Juan Sánchez recogiendo el Premio INTEL IESF de la mano del presidente del Jurado y del representante de INTEL para la UE | EUCYS

El trabajo de estos jóvenes y los de sus compañeras de Becerril de la Sierra y Godella son una buena muestra de las inquietudes investigadoras que tienen muchos de los jóvenes de nuestro país, inquietudes que apenas se reflejan en los medios de comunicación y que se ven empañadas por otras noticias sensacionalistas que no son generalizables al conjunto de nuestros jóvenes. Por otra parte, el premio obtenido en Tallin, nos habla de que para hacer investigación puntera no hacen falta grandes equipamientos y que un trabajo hecho con tesón, bien realizado por jóvenes ilusionados por aprender bajo la supervisión de un profesor apasionado de la enseñanza, fuera del horario lectivo, en un centro educativo distante de grandes laboratorios científicos y con escasos medios técnicos, de un pequeño pueblo rural conocido mundialmente por su pimentón y sus cerezas, puede ser considerado uno de los mejores proyectos de investigación realizado por jóvenes de Europa, hasta tal extremo que junto con otros dos proyectos representará a la ciencia joven europea en la feria de Pittsburgh.

Cuando dentro de unos años, Claudia y Juan, y también Isabel, Laura y Paula, alcancen la
excelencia en las profesiones a las que se dediquen y mi barba peine más canas de las que ya tiene, podré decir con orgullo “yo tuve el honor y el privilegio de conocerlos y estar con ellos en Tallin pasando unos días formidables en compañía de cinco jóvenes excepcionales”. Claudia, Isabel, Juan, Laura y Paula, como os dije en Mollina hace ahora un año, ¡que la Ciencia os acompañe!