Nuevos retos y perspectivas en la depuración de aguas residuales

El 80% de las aguas residuales producidas en el planeta no son tratadas de forma conveniente por lo que se hace necesario tomar medidas más eficaces que las desarrolladas hasta la actualidad.

Vista de la planta de tratamiento de aguas residuales Aquafin de Antwerpen-Zuid, ubicada en el lado sur de la conurbación de Amberes, Bélgica | Annabel

En un reciente artículo publicado en julio de 2018 en la prestigiosa revista científica Science, un grupo de científicos de Alemania, Chipre y Estados Unidos advertían sobre la poco gratificante perspectiva del tratamiento de aguas contaminadas incidiendo en la contaminación por productos químicos.

El agua siempre ha sido un recurso imprescindible para el hombre y para el desarrollo de sus actividades. Si tenemos en cuenta el incremento constante de la población humana y los efectos del cambio climático, la disponibilidad de agua suficiente de calidad se hará cada vez más difícil. Además, según el estudio, el 80% de las aguas residuales producidas en el planeta no son tratadas de forma conveniente por lo que se hace necesario tomar medidas más eficaces que las desarrolladas hasta la actualidad.

Los productos químicos y farmacéuticos, se han convertido en muchos casos, en imprescindibles en la agricultura, la sanidad y en la producción industrial. Sin embargo, los autores advierten de la necesidad de controlar los productos químicos que de forma directa o indirecta alcanzan el ciclo del agua y de la dificultad, en muchos casos, de su tratamiento final. Con el aumento constante de vertidos de productos químicos de muy diversa índole, el tratamiento de aguas se ha vuelto poco a poco más ineficiente. Pese al avance de las técnicas de tratamiento, incluso los procesos más sofisticados como la ultrafiltración o el empleo de carbón activo, tienen muchas limitaciones debido a su alto coste energético o la aparición de compuestos secundarios no deseados tras el tratamiento. Por ejemplo, la ozonización empleada usualmente como tratamiento final “puede conducir a una mayor transferencia de genes resistentes a los antibióticos, una mayor aparición de bacterias oportunistas y fuertes cambios en la población bacteriana”.

Depuradora del Castellar de Vallés | Xavigivax

Según los autores estas limitaciones en el tratamiento final deberían hacernos replantear la estrategia del tratamiento de aguas, poniendo mayor énfasis en los insumos, es decir, en la corriente de entrada a las plantas depuradoras. “La reducción de la contaminación en la fuente permitirá que el tratamiento del agua sea más eficaz y eficiente para cumplir con los objetivos de calidad”. En el caso de las aguas residuales industriales, este enfoque preventivo, podría tener varias alternativas como, por ejemplo, el uso de menos sustancias químicas en la fabricación, el reemplazo de productos no biodegradables por otros que sí lo sean, emplear flujos de agua distintos para cada uso industrial y evitar su mezcla y reutilizar los productos químicos auxiliares empleados en la fabricación.

Muchos países del mundo, desde Estados Unidos a la India, ya han establecido medidas legales sobre la materia. Y lo cierto, es que estas han resultado efectivas consiguiéndose el ansiado “vertido cero” en sectores como la industria de los semiconductores o la textil. En la India, por ejemplo, las industrias del sector textil que no cumplían la legislación de vertido cero han sido cerradas.

Pero para conseguir reducir la cantidad de agua a tratar y que los tratamientos sean más efectivos, según los autores del artículo, se debería considerar el propio diseño de los procesos estudiando la necesidad de emplear productos químicos o de sustituir estos por otros más degradables. Señalan que de forma ideal cualquier producto químico que permanezca en las aguas residuales debería diseñarse para que se mineralice de forma rápida y completa, esto es que se degrade a dióxido de carbono, agua y complejos minerales.

Para ello es necesario un amplio conocimiento de los productos empleados, de los caudales vertidos y de las variaciones de los mismos tanto a escala local como global. Subrayan la necesidad de un mejor conocimiento de los productos químicos, de su diseño específico y una mejor comprensión de su funcionalidad en un momento en que los compuestos químicos son cada vez más diversos y complejos.

Para incentivar este cambio de dirección, citan que es necesario regulaciones y ayudas específicas para la industria química y que los costes de limpieza ambiental se tengan en cuenta a la hora de definir el precio final del producto. Creen además que la existencia de regulaciones preventivas, como promover el uso de productos de listas aprobadas de productos en los que se ha verificado su baja incidencia ambiental frente a otros más dañinos con el medio ambiente puede favorecer la innovación en el sector obteniendo beneficios adicionales.

Referencia
“A path to clean wáter” Klaus Kümmerer, Dionysios D. Dionysiou, Oliver Olsson, Despo Fatta-Kassinos; Science  20 Julio 2018 pp-  222-224